Después de haber leído " Memorias de una gueisa " de Arthur Golden, Mineko Iwasaki quedó indignada por la manera en que el autor presentó la vida de estas artistas, dando la impresión de ser unas prostitutas de alta alcurnia.
De hecho Iwasaki fue una de las colaboradoras con el escritor para contarle su vida, y según ella A. Golden no solamente la " traicionó " nombrándola en alguna ocasión siendo que le había pedido confidencialidad por lo que fue muy criticada por romper el código de silencio de las gueisas, sino que la historia que nos cautivó en su momento estuvo basada de manera distorsionada en su vida, por lo que lo denunció legalmente.
Me pareció que era interesante ver el otro punto de vista, el de la propia persona que vivió en sus carnes lo que es ser una gueisa , y desde luego tengo que reconocer que no tiene nada que ver con lo descrito en el anterior libro.
Minesako ha querido dejar tan claro lo que es su profesión que quizás haya dado demasiados detalles de todo con muchos tecnicismos, y desde luego con muchos nombres japoneses que son difíciles de recordar.
No obstante, aunque es un poco más lento de leer que la novela de A.Golden, no deja de ser muy interesante y sobre todo muy instructivo.
Por mi parte decir que ha valido la pena el leerlo, y que creo la autora ha conseguido su propósito : hacer ver lo que de verdad significa ser una gueisa.
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